EDITORIAL
Lic. Ramón Lora |
Un periodismo para informar
o para desinformar
La
sociedad mundial está dominada por la ciencia, la tecnología y la información y
el periodismo, desde sus orígenes, es un postulado que fue creado para
informar, orientar y educar. A menos, esa es la teoría que ha prevalecido por
siempre en el mundo.
El
periodismo también tiene sus reglas estructurales, vale decir, la pirámide
invertida que ordena la información por su importancia en orden descendente y
las interrogantes clásicas que son: ¿Qué ?, ¿quién?, ¿cuándo?, ¿dónde?, ¿cómo? y ¿por qué?.
En
la pirámide invertida los datos más importantes deben estar en la entrada o en
el “lead”. Este es un vocablo de origen inglés que establece que lo más
impactante debe estar resumido en el primer párrafo.
En el caso de las preguntas clásicas,
estas permiten que la información llegue completa a los receptores para que
estén bien informados.
Sin embargo, después de la aparición de
las redes sociales y el periodismo ciudadano, estas estructuras han variado
mucho y algunas historias no son presentadas completas.
En los medios electrónicos, los datos se
ofrecen sin ningún tipo de formalidad y esto provoca que los receptores se
queden ansiosos esperando más informaciones.
Así, por ejemplo, recordamos una historia
sobre un incendio que dejó pérdidas millonarias y la muerte de una persona. En
el último párrafo, decía, en el fuego también falleció un ciudadano, esto es,
como si tratara de un dato secundario. Parece que el redactor no recordó o no
sabía que el interés humano prevalece en periodismo…
Ahora
que tenemos las redes, el periodismo ciudadano y los medios de comunicación en
progreso, que forman parte del pluralismo informativo, lo más interesante sería
que sean usados tomando en cuenta los postulados de sus raíces, que, como
señalamos anteriormente, son informar, orientar y educar.
Sabemos
que existe un afán de informar primero, es decir, en dar el “palo periodístico”,
pero este propósito puede resultar peligroso si no presentamos los hechos ordenados
y con precisión.
Aunque
la objetividad pura no existe en periodismo, todo aquel que informa debe aspirar,
por lo menos, a emitir sus historias con equilibrio, veracidad y coherencia.
Aprovechemos
estas ventanas que nos ofrecen las tecnologías de la información, pero tratemos
de usarlas con profesionalidad, delicadeza y respetando la dignidad humana, la
paz pública y el interés social.
Así,
tendremos, un periodismo para informar y no para desinformar.
Ramón, excelente trabajo. Te felicito. Y hay que recordar que la esencia del periodismo es la misma en el impreso como en el digital, en el que la calidad del buen periodismo debe brillar en el todo momento en el que se presenten los hechos noticiosos.
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