sábado, 26 de agosto de 2017

La Periodista Bélgica Suárez
“tronó” en la clase periodismo
Anécdota
Por Ramón Lora

La clase sabatina del profesor Juan José de La Cruz había comenzado y la belleza de la periodista Bélgica Suárez sobresalía en el montón de estudiantes que recibían docencia en una de las aulas de la Universidad Tecnológica de Santiago (UTESA), en el año 1981.

Era antropología, una materia común para estudiantes de diferentes carreras, principalmente, de comunicación social, psicología, sociología, educación, derecho, entre otras.

En el grupo, muy nutrido, había un estudiante de comunicación social, el periodista Roberto Brito, quien representaba al periódico La Noticia en Santiago, quien, al parecer, disfrutaba de algunos privilegios docentes.

Era un educando muy sui géneris, pues, tenía muchas ausencias, cuando asistía llegaba tarde, no participaba en los debates académicos, tampoco realizaba trabajos de investigación y tomaba pocos exámenes, pero “obtenía” las mejores calificaciones, excelentes, en ocasiones.

Estas concesiones habían provocado enojo a la periodista Bélgica Suárez, también estudiante de comunicación social, quien ya había manifestado su inconformidad a algunos de sus compañeros.

Tal como se esperaba, antes de terminar la docencia se “armó” el “reperpero”. Bélgica, una multaba elegante, de “cabello bueno”, se acomodó su melena para atrás, sus ojos grandes y hermosos se agradaron, se paró de su asiento y exclamó:
 -Permiso, profesor-
 -Dígame, distinguida – le contestó.
 -Aquí hay un estudiante que no estudia y tiene las mejores notas”, dijo Bélgica.
-Quien es- le preguntó el profesor.
Bélgica, de manera muy disimulada y haciendo muecas con su boca señaló a Roberto Brito que estaba sentado delante de ella, a quien los estudiantes llamaban el “artista”, porque “repartía” muchos abrazos, besos y sonrisas.
Ante el señalamiento tácito, el profesor de La Cruz, cuya principal característica era una barba negra muy copiosa y unos espejuelos circulares de pasta negra, sonrió y le expresó:
 -Señorita, esas son cosas de periodistas- .
 Bélgica lo miró fijamente a la cara y expresó:
 -Bueno, si es así, yo espero que todos pasemos la materia- .

Después de este “reventón verbal”, Bélgica, en compañía de sus amigos más cercanos, Ramón Lora, Narciso Pérez y Osvaldo Nelson Hernández, también estudiantes, se dirigieron a la lechonera Milito donde disfrutaron de los famosos chorizos, las butifarras y del tradicional moro negro.
Días después, en el mural de la universidad, aparecieron las notas publicadas y, ciertamente, casi todos aprobaron la antropología.







++++++

No hay comentarios:

Publicar un comentario