Bateó
un "cuadrangular"
pero
corrió al revés
• Anécdota
Por Ramón Lora
SANTIAGO, República Dominicana.-Mclean Tejada era un “viejevo” que le “sumbaba el coco”, y quien, dentro de su mundo
de alucinaciones, se atribuía virtudes especiales como compositor-arreglista,
cantante, músico y jugador de pelota.
Era
hiperactivo, ronco, hablador y poseedor de un tono de voz estridente. Por eso,
todavía retumban en las pobladas esquinas de su barrio Baracoa, de Santiago,
aquellos pronunciamientos sobre sus posibilidades económicas porque era
retirado de los Estados Unidos.
En
una ocasión, de manera imprevista, pudo hablar con una destaca periodista que
estaba de visita en su sector, a quien, de inmediato, le compuso una canción
que tituló “El Braguetudo”, la cual
interpreta con su eterna compañera, una vieja y destartalada guitarra, color negro, con dos
cuerdas.
En
realidad, su espectáculo era muy interesante. Cuando cantaba desafinaba más que
un “gallo mañanero” y dejaba entrever la carencia de algunos molares que se habían
esfumado de sus rojizas y cansadas encías.
Sus
alabanzas eran tan sublimes, que en una ocasión dijo que era mejor guitarrista
que Luis Segura, Luis Vargas, Anthony Santos, Santana y que el boricua
Yomotoro.
Y
agregaba, que cuando estaba estimulado por unos tragos, en buen dominicano, de ”ron
lava-gallo”, entonaba mejor sus canciones y podía ”acariciar” con más precisión
su querida “Morena”, es decir, a su
guitarra.
No
se cansaba de hablar sobre sus cualidades excepcionales, pero, como era
conocido por sus ocurrencias, sus alabanzas pasaban desapercibidas entre los
vecinos del sector, quienes, en la mayoría de los casos, reían a carcajadas.
Una
de sus hazañas más recordadas ocurrió en la Ciudad Deportiva, un campo de
béisbol que está ubicado en el respaldo del Estadio Cibao.
Allí,
en presencia de una asistencia muy nutrida de fanáticos, se desarrollaba un
partido de pelota entre los Equipos de Baracoa y el Club Yolo Pérez de La
Joya.
Mclean,
desde la gradería pedía a gritos que su equipo de Baracoa le permitiera un
turno al bate para él demostrar sus condiciones de toletero, solicitud que
fue atendida a regañadientes por el manager.
En
efecto, se acomodó con un bate 38 en el home play y al primer lanzamiento
conectó un batazo que alcanzó la categoría de home run, es decir, de
cuadrangular.
La
multitud estaba frenética, impávida, pero rápidamente se decepcionó cuando
Mclean comenzó a correr al revés, es decir, por la raya de la tercera base, cuando
debió hacerlo por la de primera.
Finalmente,
terminó su recorrido en sentido contrario, se deslizó en el home pero el árbitro " cantó out"...
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