El lunes serán velados en Nueva York los
restos del comediante dominicano Tano Kao
Miguel Cruz Tejada
NUEVA YORK.- Los restos mortales del comediante Ramón Antonio Asencio Andújar (Tano Kao) serán velados este lunes en la R. G. Ortiz Funeral Home, de la avenida Broadway y calle 191, en el Alto Manhattan, entre 5:00 de la tarde y 10:00 de la noche, informaron familiares y el guardián legal del difunto.
Será sepultado junto a su hermana Delkis Asencio en un cementerio de Nueva Jersey. Ella murió de cáncer de pulmón hace varios años.El artista de la comedia y la escena falleció el domingo 12 de diciembre a las 5:45 de la tarde en la emergencia del hospital Presbiteriano en el Alto Manhattan, mientras estaba entubado después de ser ingresado grave.
Padecía de diabetes crónica y el Mal de Alzheimer que le complicaron los riñones, el hígado, los pulmones y el páncreas, además de cáncer en el estómago en cuarto grado, según informó el activista Regorki Severino (Ramoncito) quien fue la única persona que estuvo al lado de Asencio cuando agonizaba y mostró en un impactante video los últimos minutos de vida.
Dijo que también fue atacado por una hemorragia externa poco antes de morir que lo hizo vomitar la sangre en abundancia.
Asencio, fue una de las figuras de la comedia dominicana más relevantes en las décadas de los setentas y ochentas y sobresalió junto a Roberto Salcedo y los fallecidos Luisito Martí y Anthony Ríos en el otrora puntero programa “El Show del Mediodía” por color visión.
También estuvo actuando junto a Cuquín Victoria, Freddy Beras Goico, “La Mulatona” y otras figuras populares de la época.
En una entrevista con este reportero hace varios años aseguró que fue testigo del secuestro del periodista, libretista de segmentos cómicos y dirigente revolucionario Narciso González (Narcisazo) quien fue asesinado por esbirros del Gobierno de Joaquín Balaguer y hasta la fecha su cadáver no ha sido encontrado.
Con problemas de adicción a las drogas, el alcohol y su salud en progresivo deterioro, Tano Kao estuvo deambulando por las calles de Nueva York, hasta que la oficina del congresista Adriano Espaillat gestionó un apartamento en Brooklyn donde vivió, pero allí también, salía a las calles corriendo el riesgo de morir en el asfalto ya que despegaba sin sus medicinas.
Severino se lo llevó a su casa donde estuvo por unos tres años y tuvo que ser internado en el centro geriátrico “La Isabela” en el Alto Manhattan coincidiendo con la explosión de la pandemia COVID-19.
Salió de allí para regresar al apartamento de Severino donde la salud siguió deteriorándosele hasta la hora de su muerte.
Varios activistas han estado apelando a la buena voluntad de los comunitarios para recaudar dinero y poder pagar los costos del funeral y el entierro, pero al cierre de esta crónica no habían reunido el total que podría sobrepasar los $5 mil dólares.
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